Hemos hablado en varias ocasiones sobre infinidad de actividades que realizar con nuestros pequeños en casa para que el inglés sea parte de su rutina y estén en constante contacto con él pero, sobre todo, que lo vean de manera lúdica y dinámica y no como otra obligación o tarea de clase. Pero esto no se reduce sólo a las cuatro paredes del hogar, podemos extrapolar estas actividades a lugares exteriores y transformar cualquier rutina o escapada en un momento perfecto para seguir reforzando y aprendiendo el idioma de forma divertida.
Ya sabemos lo extremadamente importante que es este idioma para el futuro escolar y laboral de nuestros hijos así que todo lo que podamos enfocar a la tarea de aprenderlo nos viene genial.
Aquí os dejamos unas cuantas ideas para que las pongáis en práctica y aprovechéis el tiempo con vuestros peques lo máximo posible, no sólo para disfrutar sino también para aprender.
Podemos plantear un sinfín de excursiones que nos permitirán incluir el inglés a lo largo de la actividad y sacarle el mayor rendimiento al que se preste.
No tenemos que organizar actividades especiales para este cometido. Cualquier actividad del día a día que hagamos en exterior, al igual que en casa, es fácilmente adaptable y podemos rápidamente convertirla en un momento de aprendizaje.
Por ejemplo, el ir al supermercado a hacer la compra. Además de todo el vocabulario relacionado con la comida, podemos practicar estructuras gramaticales como “How many / how much” o “There is / there are” a la hora de hacer la lista de la compra y ver lo que necesitamos, lo que no, y cuánto necesitamos de lo que vayamos a comprar. Esto también ayudará a repasar los números, las cantidades… podemos hasta hacer actividades relacionadas con los colores. En un supermercado grande, tenemos muchísimas opciones para aprovechar este rato.
Otro rato que podemos aprovechar es el camino al colegio, ya que encontraremos árboles, coches, casas, personas, tiendas… Podemos jugar al famoso juego de ver quién es capaz de retener más palabras tras añadir cada uno una en cada turno. Por ejemplo, puedes empezar tú diciendo “On my way to school, I can see a big tree.” El pequeño tendría que continuar con la misma frase y añadiendo un nuevo dato como “On my way to school, I can see a big tree, a red car…” y así hasta que uno de los dos falle y tengáis que comenzar de nuevo. Entretenido y educativo, seguro que les encanta coger la rutina de jugar a algo de camino a clase y ni siquiera se dan cuenta de todo lo que van aprendiendo en el proceso.
Estos son sólo unos cuantos ejemplos, pero seguro que de aquí sacáis aún más ideas y conseguís que el inglés llegue a formar parte de la vida de vuestros peques y de la vuestra de la forma m