Septiembre está a la vuelta de la esquina, y con él llega la vuelta al cole de los más peques. Una de las más importantes asignaturas a día de hoy es, sin duda, el aprendizaje del inglés como segunda lengua, ya que el dominio de este idioma tendrá repercusiones directas en su futuro estudiantil y laboral, y en la cantidad de oportunidades que se abrirán ante ellos. Es por esto que tantos padres se preocupan de que sus hijos aprendan inglés desde bien temprano.
Las dudas siempre llegan a la hora de elegir el método, especialmente en relación a los más jóvenes. ¿Academias? ¿Clases particulares? ¿Juegos? ¿Niñeras? Las opciones son muchas y siempre cuesta contrastar y decidirse. Es por eso que a continuación os comentamos diferentes opciones y sus pros, para quizá conseguir que esta elección se os haga más fácil.
La opción más clásica y típica, y también una de las más efectivas si escoges la adecuada. Esta opción solía ser recomendable sólo a partir de ciertas edades, pero a día de hoy ya existen academias dedicadas a niños muy pequeños donde se les introduce en el aprendizaje del idioma a través de estímulos como juegos, canciones, y diferentes actividades lúdicas.
Así que, no importa la edad que tengan tus hijos, existen opciones para todas las edades y requisitos. Y la gran ventaja que la mayoría de las academias ofrecen es que preparan directamente para obtener títulos oficiales, por lo que comenzarán a obtener sus certificados desde una edad temprana. Algo muy importante que debes tener en mente a la hora de escoger academia es, en el caso de los que son un poquito más mayores, qué metodología escoger.
Existen numerosos exámenes oficiales como los de Cambridge, Trinity College, Aptis… deberás hacer un estudio previo para ver cuál se adapta mejor a las necesidades de tu hijo/a, o a las expectativas que vosotros como padres tenéis de esas clases.
Otra opción muy extendida y normalmente asequible es la de las clases extraescolares. Prácticamente todos los colegios ofrecen clases de refuerzo por la tarde para todos los cursos y edades, sirviendo de apoyo extra a lo que ya han visto en el colegio por las mañanas.
En la mayoría de centros, estas clases suelen ser gratuitas o muy asequibles, una ventaja para aquellas familias que no puedan permitirse otras opciones. El problema de estas actividades extraescolares es que no suelen seguir ningún programa académico, por lo que no se estarán preparando de cara un examen si eso es lo que buscas, sino simplemente repasando contenido que ya hayan visto en clase previamente. Como refuerzo y repaso son una ayuda.
Esta opción es un dos por uno, ya que además de tener a alguien que esté cuidando de vuestros hijos, recogiéndolos del cole, llevándolos a donde os haga falta o dándoles la merienda, estaréis exponiéndolos de forma natural al idioma, prácticamente sin que se den cuenta.
Tener una niñera que pase con ellos por lo menos un par de tardes a la semana, y que les hable en inglés constantemente (o les exponga a estímulos en el idioma como canciones, juegos, libros, series de televisión..) hará que el inglés no se sienta como una asignatura más a estudiar, sino como algo que ya es parte de sus vidas, y por lo tanto no les producirá ningún tipo de rechazo al no sentir que están estudiando aún más horas fuera del colegio.
Es la forma más natural de aprenderlo, y así no sólo estarán cogiendo gramática o vocabulario, sino pronunciación, entonación… cuanto antes se exponga a un niño a un idioma de forma diaria y constante, más probable es que este niño desarrolle capacidades bilingües que le faciliten enormemente el asimilar dicho idioma casi como su lengua nativa.
Muchos de estos estímulos que pueden recibir al tener a una babysitter también pueden venir de parte de los padres, si estos tienen el tiempo para dedicarles y los conocimientos necesarios.
Podéis comprarles libros en inglés y leerles las historias, ver películas en dicho idioma, enseñarles a cantar canciones en inglés… las posibilidades son infinitas y con un poco de tiempo y dedicación pueden marcar una gran diferencia en el dominio del inglés de vuestros hijos. Hasta ir a hacer la compra o al parque puede convertirse en una lección de inglés si conseguís encontrar la manera de motivarlos y convertirlo en un juego.
Como veis, hay muchas formas de conseguir facilitar a vuestros hijos la tarea de aprender un segundo idioma, ahora sólo tenéis que decidir cuál es la mejor para todos y no posponerlo un segundo más. El tiempo es oro, y más cuando se trata de la adquisición de otros idiomas.
El empezar a una edad temprana les ofrecerá una oportunidad única de dominarlo con la mayor facilidad posible. ¡Os lo agradecerán toda la vida!